A todos aquellos que utilizan el medio de transporte más ecológico y más sano, felicidades. A aquellos que todavía nos tenemos que subir al carro, ánimo y a utilizarlas que es lo mejor que hay para ahorrar y mejorar nuestro bienestar.
Ya que estamos, vamos a hablar un poco de ella, ya que la conocemos pero no todos sabemos de donde viene. El invento se le atribuye al Barón alemán Karl von Drais, aunque por entonces más que usar la palabra bicicleta, se llamaba «Caballo Dandy», Draisienne en francés o Laufmaschine en alemán. El invento llegó en el maravilloso verano de 1817. Tenía lo básico, dos ruedas y un armazón, pero había que ir dándole al suelo con los dos pies, como si fuera un vehículo antiguo. Tras esto apareció el primer accidente de tráfico en 1839.
En la década de los 1860s se le introdujo un avance maravilloso, un pedal en la rueda de delante, que la hicieron más grande y nació el velocípedo. De ahí se le siguieron agregando inventos, como las ruedas con radio (1869), reducción de la rueda delantera y colocar el asiento sobre la rueda posterior (1885), la rueda de goma neumática (1888) y el muy necesario invento de los frenos de disco (1890). Debemos tener en cuenta que desde el primer accidente de tráfico hasta el invento del freno pasaron 50 años que debieron ser algo caóticos en las calles.
Poco a poco los ingenieros fueron refinando el arte y los materiales hasta llegar al modelo actual. Gracias al auge de las bicicletas (como de los coches de caballos) se consiguió que las carreteras, antiguamente de tierra, se refinaran y suavizaran para mejorar el paso de dichos vehículos, dando pie a las mejoras que sería utilizadas más adelante por los automóviles.
Pues tras este pequeño repaso por la historia, sólo queda decir: Nos vemos pronto por Dependencia en Extremadura