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Tratamiento postural en Enfermedad de Parkinson

ComoccBuenos días a todos.

Otra semana nos vemos aquí para resolver y aclarar dudas de nuestros pacientes. Hoy toca el caso de la Enfermedad de Parkinson, esa enfermedad que tanto nos preocupa por su cada vez mayor incidencia. Para empezar y para hacer una actualización a todo el mundo y luego ya iremos afinando hasta el título que tiene esta entrada.

La enfermedad de Parkinson se define como un trastorno neurodegenerativo progresivo y crónico, caracterizado por una pérdida profunda y selectiva de las neuronas dopaminérgicas nigroestriatales, con manifestaciones clínicas que incluyen alteraciones motoras y no motoras. Se trata de un trastorno motor con temblor esencial más común y la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente.

Como explicación técnica está muy bien, pero ¿para entendernos? Pues se trata de una enfermedad que afecta a ciertas neuronas especiales, de forma constante y siempre degenerativa, pero eso sí, podemos enlentecer su evolución en mayor o menor medida. Hasta ahora no hay tratamientos que consigan curar la enfermedad pero sí mantenerla en estados con buena calidad de vida durante más tiempo.

El principal problema de esta enfermedad es su prevalencia, es decir, la cantidad de gente que la sufre en el total de la población. En un principio, en los países desarrollados se dan 14 casos por cada 100.000 personas al año en el total de la población. Esta cifra se dispara a 160 casos por cada 100.000 en mayores de 65 años, una cifra muy alta para cualquier enfermedad. Lo malo de esto no es la enfermedad en sí, sino la tendencia que tenemos en ciertos países (entre ellos España) de envejecimiento de la población, con lo cual esas cifras, que asustan por sí mismas, se convierten en todo un terror a medio plazo.

 

Principales síntomas de la enfermedad

Como en la mayoría de los casos, lo que más nos preocupa es luchar contra la enfermedad. Cuando no se puede, se deben conocer los síntomas que provoca para poder combatirlos lo mejor posible y así ralentizarla lo máximo posible. En el caso del Parkinson, presenta 4 síntomas muy claros y agrupados. En revistas especializadas se las recoge por el acrónimo TRAP (estos vienen siempre del inglés), que pasamos a desglosar:

  • Temblor de reposo. Siempre que los grupos musculares no estén realizando una acción específica como puede ser coger un boli, doblar el codo, ponerse una camisa o caminar, presentar un temblor provocado por la cocontracción de músculos agonistas y antagonistas. Es decir, siguiendo con el ejemplo de doblar el codo, se pondrían a contraerse y relajarse de forma automática los músculos bíceps y tríceps al mismo tiempo, provocando el temblor.
  • Rigidez: debido a lo anterior, no es posible tener una buena movilidad de las articulaciones ya que los músculos se encuentran en una lucha continua.
  • Acinesia o BrAdicinesia: la acinesia es la falta de movilidad de forma voluntaria, es decir, no podemos contraer un músculo por mucho que queramos. En muchas ocasiones se ven afectados unos músculos sí y otros que están justo al lado o encima no, ya que el problema viene de las neuronas encargadas de iniciar el movimiento, no de un golpe o una fractura. En el caso de la bradicinesia, nos encontraríamos con un problema para empezar o acabar el movimiento, bien en la fuerza necesaria, bien en la velocidad.
  • Inestabilidad Postural: Al igual que antes, todo viene debido al primer síntoma. Si tenemos un problema en la musculatura que nos mantiene rectos, no podremos mantener la posición erguida en espalda, por lo que no podremos caminar bien.

 

¿Y el tratamiento que se realiza para mantener y mejorar la calidad de vida?

Bueno, pues en realidad no hay un tratamiento único, como podría ser el poner una escayola a una fractura de huesos. En el caso de este tipo de enfermedades, lo mejor es realizar un tratamiento multidisciplinar. Es decir, aplicar varias opciones que ayuden desde un punto de vista distinto para conseguir el mejor resultado global.

El tratamiento farmacológico buscará suplir las necesidades de las neuronas, dando la levodopa que necesitan para mantener la función, suministrando anticolinérgicos (lo siento por el nombre, en sanidad somos así) que sirven para disminuir la activación de la musculatura o relajantes musculares, para bajar el tono global y permitir mayor movilidad al paciente.

La parte del tratamiento quirúrgico ha demostrado que no es útil en todos los casos, ya que realizar una operación para liberar un músculo no siempre tiene los efectos queridos. Además de todas las posibles complicaciones que tiene cualquier cirugía.

El tratamiento ortopédico suele basarse en el uso de corsés u otro tipo de órtesis para mantener la postura «normal» del paciente, el problema que tienen es que son muy aparatosos, provoca mucha dificultad a la hora de tolerarlos y son menos útiles cuanto más tiempo ha pasado desde que se inició la alteración de la postura.

El tratamiento psicológico busca en todo momento ayudar al paciente a lidiar con el problema de ver como sus capacidades motoras van disminuyendo. La prevalencia de depresiones en pacientes con Parkinson y su entorno son demasiado altas como para obviar este apartado.

El tratamiento fisioterápico buscará en todo momento dos objetivos: mantener la movilidad de las articulaciones el máximo tiempo posible y mantener un buen tono muscular en todos los grupos afectados. En el caso de este artículo, vamos a hablar más tarde de las opciones para mantener y mejorar la postura global.

El tratamiento de terapia ocupacional buscará en todo momento conseguir que el paciente mantenga sus funciones básicas para la autonomía de su vida personal durante el mayor tiempo posible.

El tratamiento de logopedia intentará mantener las capacidades del habla del paciente, ya que la mayor parte de la comunicación vienen por los músculos de las cuerdas vocales y la musculatura respiratoria.

 

Vale, entonces ¿qué es lo mejor para mantener la postura correcta de la espalda?

Según diversos estudios realizados por Profesionales Sanitarios, se ha demostrado que hay varias opciones. Las que más beneficios dan a medio y largo plazo son aquellos que hacen que el paciente trabaje de forma activa y constante. Recibiendo al menos dos sesiones a la semana para mantener y mejorar las capacidades. En caso de tener que sostener el tratamiento de forma privada, se deben asumir ciertos costes bastante altos por eso, desde Dependencia en Extremadura, promovemos las ayudas cedidas por la Junta de Extremadura para poder mantener estas terapias.

En el caso de mejora de la postura se han comprobado científicamente varias técnicas que pasamos a enumerar.

  • Estimulación magnética. Se trata de un uso de aparatos eléctricos que permite que los grupos musculares consigan realizar su función de la mejor forma.
    • Positivo: se puede realizar en cualquier fase de la patología.
    • Negativo: Es totalmente pasivo, no produce efectos a medio plazo.
  • RPGSe trata de una terapia de ejercicios suaves para mejorar el tono y la postura de la espalda.
    • Positivo: es un ejercicio activo de concienciación de la postura, ayuda al paciente a mejorar el tono de forma voluntaria.
    • Negativo: requiere correcciones y posturas fijas que son difíciles de alcanzar con las cocontracciones. No se puede hacer cuando la patología evoluciona.
  • Potenciación y movilización. Se trata de ejercicios realizados de forma activa al principio, pasiva al final.
    • Positivo: se adapta en cada momento de la situación del paciente. Al principio será más activo por parte del paciente, con más peso y al final pasivo, siendo el fisioterapeuta el que realiza casi todo el movimiento.
    • Negativo: siempre se tiende a realizar más esfuerzo por parte del terapeuta y suele ser inespecífico.
  • Clases grupales. Se pueden adaptar clases de Pilates, Yoga o similares, ya que se pueden adaptar los ejercicios al grupo.
    • Positivo: se adaptan los ejercicios al grupo. El trabajar en grupo se pueden conseguir mejores resultados con el refuerzo positivo grupal.
    • Negativo: requiere mucha cooperación por parte del paciente, por lo que no se puede utilizar en fases avanzadas.
  • Entrenamiento específicos. Se pueden realizar con tapices rodantes (cintas de correr de los gimnasios), TRX, BOSU o demás aparataje.
    • Positivo: ayuda y permite mejor adaptación y mayor especificidad de los ejercicios.
    • Negativo: requiere participación por parte del paciente y el aparataje específico, por lo que requiere que el paciente se deplace.

 

Este pequeño resumen, espero que haya podido resolver alguna duda y no haya sembrado muchas. De todas formas nos vemos la semana que viene con más preguntas y, esperemos, muchas respuestas.

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